En 1912 Hesse se traslada con su familia a Berna, en Suiza. En 1913 termina allí la novela Rosshalde, que trata del problema del aprendizaje de un artista.
“La guerra es cada vez más extraña para mí, porque envenena toda inteligencia”, escribe Hesse durante la Primera Guerra Mundial. Funda la Asistencia a Prisioneros de Guerra de Berna, edita una “Biblioteca de prisioneros” y se ocupa de la edición de libros y revistas para prisioneros. Tras la muerte de su padre, Hesse se somete a psicoterapia, se encuentra con C. G. Jung y defiende públicamente el psicoanálisis de Sigmund Freud.